El pasado miércoles 1 de octubre, en el salón de actos de Turismo, se desarrolló una interesantísima charla con el título “La transición en Albacete. Memoria de una época”. El acertado ponente fue Salvador Jiménez Ibáñez, nacido en Almansa hace 82 años, y primer alcalde democrático de Albacete entre 1979 y 1983.
Tras ser presentado ante la numerosa asistencia por Nuria Pérez, letrada del Ayuntamiento de Almansa, Salvador mostró un amplio conocimiento de los sucesos de aquellos años, derivado de su condición de protagonista, amplia memoria y trabajo reciente, pues ha escrito hace poco una monografía sobre esta temática, a punto de ser publicada con el sello del IEA. Con tales mimbres, desgranó los sucesos más destacados de aquellos años, jalonados de numerosas anécdotas y vivencias que causaron las sonrisas del numeroso público congregado.
Trató sugerentes asuntos como las elecciones municipales de 1979; la tensión durante el 23F; el proceso de la llegada de la universidad a la ciudad de Albacete; el encierro en la Casa del Pueblo de Almansa con los compañeros locales; el proceso de regionalización y progresivo desencanto con Murcia, que exigía la incorporación de Hellín y Tobarra a su provincia (lo que originó la búsqueda de nuevos compañeros en Castilla la Nueva); la defensa de la Audiencia Territorial (presente desde 1834 en Albacete), de nuevo ante la demanda murciana, y que finalmente se incorporó al estatuto de autonomía (un caso excepcional que ningún otro estatuto contempla).
También habló sobre la identidad de Almansa (tal vez murciana o alicantina, nunca manchega), y la de Caudete (alicantina o valenciana). Ambas finalmente incorporadas a la entonces nueva Comunidad de Castilla-La Mancha.
A modo de reflexión final y a preguntas de los asistentes dio su parecer sobre la situación actual. Según su modo de ver nos hallamos en una «segunda transición», como él mismo denominó, en donde debemos estar en guardia para no perder los derechos y avances democráticos que tanto costó obtener. Y donde gobierno y oposición deben ser leales y actuar de acuerdo a sus funciones, algo en lo que quizá ambos deberían mejorar.
Comparó asimismo la actualidad con la época de la Transición, recordando que entonces los políticos se llevaban bien entre ellos, y de manera común, fueron poco a poco profundizando en la democracia.
Sin embargo, pese a todo ello, Salvador quiso dejar claro su optimismo.
A la conclusión del acto, José Luis Simón, presidente de Torre Grande, hizo entrega al ponente de un obsequio consistente en una lámina del conocido artista local Paulino Ruano. Y tras un cálido aplauso muchas de las personas congregadas se acercaron a saludar y conversar con Salvador.
En definitiva, el ponente regaló al público congregado unos imperdibles 50 minutos de análisis y memoria íntimos sobre aquella etapa histórica, que forjó las bases de la actual democracia española. Una verdadera delicia.
















